Mariano abrió su casilla de e-mail mientras por la tele llegaba la voz del relator que afirmaba que ya todo estaba terminado, que era una victoria aplastante de River, que ya era el nuevo campeón y que sólo restaban minutos para que el árbitro diera el final.
Un e-mail sin leer. Un e-mail de su novia.
Leyó con la guardia baja, sin imaginarse que en ese mismo e-mail pasaría a ser soltero. Ella decía que ya no lo amaba, que no podía decírselo de frente y que eso el mail, que ya estaba todo terminado.
Final del partido.
Inmediatamente por la ventana entraron los bocinazos festejando el triunfo, sombras claras de banderas rojas y blancas, y el olor a pólvora de los fuegos artificiales.
Mariano lo tomó bien. Entendió lo que ella decía, entendió que él era un desgraciado y que su vida ya no tenía sentido, que moría sólo y que ya estaba solo.
Como quién no quiere la cosa, se puso en pie, abrió los postigos y asomó la cabeza por la ventana para ver a la muchedumbre que salía a celebrar.
Y decidió hacer lo que tenía que hacer, digamos, casi dejándose llevar por una voz muda que provenía de su pecho.
Buscó en un armario, sacó una camiseta de Boca y salió a la calle con el azul y oro en el pecho.
Una historia divertida y magnífica
ResponderEliminarSi es que a cualquier dolor mejor abrir la ventana, escuchar la calle, y salir!
ResponderEliminarY no lo he dicho, pero me encanta tu blog!Siguiendo la pista para llegar a la tercera salida...
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita, vendré con mas calma, a leer tus historias, espero no despistarme, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog... el tuyo también me ha parecido muy interesante... lo seguiré a menudo...
ResponderEliminarme gustó la historia que escribiste... como hilvanas dos situaciones diferentes... un partido... una ruptura sentimental...
Seguimos en contacto! Un fuerte y cálido abrazo!
Tras una puerta que se cierra...una ventana que se abre... ;-)
ResponderEliminarEncantada de caminar por tu blog,
Bsos