enero 06, 2010

Sobre la gran bolsa y las historias rosas


Sobre la gran bolsa y las historias rosas
En la gran bolsa denominada Realidad hay muchas contradicciones entre los términos. A saber: Prisión domiciliaria, amor eterno, policía científica, trabajo digno, y noviazgo a distancia. Sobre esta última contradicción parece que ya en el Siglo XV un tal Jorge Manrique escribió: Quien quisiere ser amado, / trabaje por ser presente / que cuán presto fuera ausente / tan presto será olvidado; / y pierda toda esperanza / quien no estuviere en presencia, / porque son olvido y mudanza / las condiciones de la ausencia.
Creer o reventar. Mala noticias para los que afirman que se puede vivir a un clic de distancia, a unos besos por internet, a una caricia por celular. ¡Tontos! Pretender estar al lado de una persona pese a la distancia es vivir en dos lugares al mismo tiempo, es vivir en ningún sitio.
Por otro lado, el amor nos ha dejado hasta ahora hermosas novelas rosas de final feliz que cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia (dicho esto NO como desligación con alguna acusación de plagiar la realidad, sino como adjetivo inherente al género). Y nos han dejado parejas muertas en vida porque negaron la vida de la muerte, y nos han empujado a sinonimizarlo con la pérdida de libertad, como un sacrificio que uno hace para el otro y no como un acto de fidelidad hacia el vínculo, hacia el “nosotros”. Con esa partida de nacimiento cabe preguntarse si el amor es el hijo no reconocido de un encuentro entre una carcelera y un verdugo.
¿Amor? Existe, pero no con esas variantes de amor no reconocido… el amor no es lo que une, sino lo que se segrega de esa unión.
¿Amor a primera vista? Existe, pero lo que NO existe es la primera vista. Uno a lo largo de su vida se arma –sin querer hacerlo -de un esquema mental de la persona ideal con retazos de gente que vamos conociendo. Hasta que un día aparece esa persona en la gran bolsa de la realidad, y la vemos por primera vez pero ya la veníamos mirando desde antes dentro de nuestra cabeza. Ahí, en la cabeza, como un conjunto desordenado de perfecciones; afuera, como una mujer que nos gusta.

1 comentario:

  1. admirable lo que puede hacer este reo, incluso le da un nuevo sentido al gorrito pelotudo del chavo. me encanta la corona bizarra de los fideos . pero hermano confesa que algunas cosas las escuchaste en el calor del hogar . algunos de mis novios creen que sos un acido pesimista , eso es cierto?

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